Cartas a mi madre

Te he dicho que mi alegría, esos que mis amigues llaman sentido del humor / es un reflejo de mi cuerpo moreno / para lidiar con la pesadumbre? / para drenar un poco esa chinche culpa que es el único indicio que hace, más o menos, de huella en el agua

hoy desperté a las 6h30 / la alarma interrumpió mi sueño con Luna Miguel / parecía que estábamos en su apartamento en Barcelona / rodeados de blanco roto por estanterías llenas de libros / no recuerdo si hablábamos de Annie Ernaux / charlábamos en su sofá / yo preparaba la clase de traducción del lunes / ella escribía poemas en su ordenador y creaba una historia para el Instagram / aunque Luna no es de vestidos en mi sueño llevaba uno blanco con bordados amarillos

[y allí frena el mundo / y debo bajarme a grandes zancadas / y pienso que en Manta La Jolie el horario de los trenes nunca aparece correctamente / y que la pantalla rota con un objeto contundente / y con una ira plena de dolor / no ha sido reparada ]

sí, creo que es una convulsión que podemos cantar a coro / una fisura en la loza de mi modesta casa de profesor de clase media con demasiadas vacaciones/ una circularidad que me lleva de vuelta al sofá de Los Ángeles, justo antes del porno de medianoche en La Red, a la habitación inconclusa, a Los trasplantados de Blest Gana / y no puedo evitar preguntarme si soy uno de esos personajes en medio del delirio cultural europeo?

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